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10 consejos para afrontar la vuelta al trabajo en nuestros despachos con optimismo

El mes de septiembre es el mes por antonomasia de vuelta a la rutina y al trabajo. En los despachos de los administradores de fincas se retoman las tareas del día a día y los clientes vuelven también en septiembre con peticiones, organizaciones de juntas de vecinos, elaboración de presupuestos, revisión de contratos…

Parece difícil llegar con todo esto pendiente y hacerle frente con alegría y optimismo, pero es posible. Pilar del Pueblo, psicóloga del Trabajo y vocal de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicología de la Comunitat Valenciana, nos da 10 tips para que la vuelta sea mucho más fácil, sobre todo, en el ámbito de la administración de fincas:

  1. Acepta el proceso de adaptación

Tras las vacaciones, es normal sentir cierta apatía y malestar psicológico a la hora de reincorporarnos al trabajo. Venimos de unos días de disfrute, de desconexión de las responsabilidades y el estrés, eligiendo actividades más placenteras, por lo que es normal que tengamos sentimientos como desinterés, rechazo, pereza, mal humor, etc. Esto puede perdurar durante unos días previos a la reincorporación y al principio de volver. Nuestro cerebro pasa de un estado de dopamina a un estado en el que comienza a generar cortisol y eso no es agradable.

Es importante aceptarlo como algo normal. Pongamos también el foco en que el trabajo y las vacaciones son las dos caras de la misma moneda que es nuestra actividad laboral y profesional, y que para que haya uno tiene que existir el otro. Reconocer que estos síntomas son normales evita la autocrítica excesiva y facilita una transición más amable.

  1. Restablece rutinas de forma progresiva

Se necesita tiempo para reactivar los mecanismos de planificación y toma de decisiones, a veces nos toca pasar de 0 a 100 en pocas horas y esto nos va a costar. Es el caso de las profesiones en las que la atención al público, el contacto con los clientes, es intenso como el caso de los administradores de fincas.

En este caso, si es posible, establece unos espacios de transición, es decir, unos días antes de manera controlada genera un espacio para pensar en nuevos proyectos o mejoras en tus tareas y en la reincorporación mantén también actividades placenteras como las que disfrutabas en vacaciones.  Recuperar horarios de sueño, alimentación y actividad física es clave.

  1. Utiliza microdescansos para favorecer la atención

Es normal que nos cueste concentrarnos al principio, el sistema atencional se fatiga rápidamente al retomar tareas complejas. Pausas breves de 2-3 minutos cada hora mejoran la consolidación de la información y reducen la sobrecarga mental.

  1. Gestiona la transición emocional

La vuelta puede generar emociones intensas como frustración, miedo o sensación de pérdida de libertad, estas pueden ser mayores según nuestra situación laboral y profesional. Quizás hayamos podido tomar distancia en estas vacaciones y podamos replantearnos introducir mejoras y proyectos nuevos que estén a nuestro alcance. Es importante identificar aspectos positivos de nuestro trabajo actual y mejorar aquellos que no lo sean.

  1. Plantea objetivos realistas y graduales

El cerebro libera dopamina cuando anticipa logros alcanzables, por lo que es clave dividir los proyectos en pasos concretos. El inicio del “curso laboral” es un buen momento para analizar, definir y planificar objetivos que mejoren nuestro bienestar laboral, familiar y social. Dediquemos un tiempo a ello. Es importante que cuando pensemos en estos objetivos alcanzados sintamos ilusión por ello.

De hecho, planear y programar proyectos, tareas y objetivos es fundamental para mantener la sensación de control en la vuelta a la oficina y, sobre todo, en aquellos ámbitos laborales donde buena parte de la jornada laboral depende de los clientes y sus ‘urgencias’. En ese sentido, también es importante tener una buena capacidad de comunicación y asertividad para establecer prioridades con los clientes.

  1. Evita la sobreexposición a estímulos digitales

Es posible que hayamos podido disfrutar más de la familia y los amigos, en resumen de actividades sociales incluso en la naturaleza por lo que quizás hayamos estado más desconectados de pantallas. Continuar con ello es muy positivo para nuestra salud mental, analiza cómo te sientes y si ha mejorado tu bienestar mantén estos nuevos hábitos.

  1. Reconecta con el propósito personal y profesional

La motivación sostenida surge cuando las tareas se alinean con valores y objetivos a medio y largo plazo. Comienza por pequeños comportamientos, pequeños cambios y póntelo fácil, no se trata tanto de grandes esfuerzos sino de constancia y de no perder el objetivo. Plantéate cada día “¿lo que hoy hago me ayuda a estar mejor mañana?”.

  1. Reformula el regreso como una oportunidad

Pon el foco en las fortalezas y oportunidades, trabaja tu resiliencia y reduce la percepción de amenaza y activa la corteza prefrontal, potenciando la creatividad. Si eres responsable de una empresa o departamento  convertir la reincorporación en un punto de innovación fortalece la competitividad y la motivación.

  1. Ritual de inicio y cierre de jornada

Una buena herramienta es establecer un ritual de inicio y cierre de jornada para marcar límites psicológicos entre trabajo y descanso. ¿Cómo podemos hacerlo? Puedes empezar la jornada con una acción simbólica como encender una vela, poner música suave, decir una frase breve, etc. Y, para terminar, un buen ejercicio es hacer balance del día, anotar lo importante y/o pendiente para el día siguiente, apagar el ordenador y realizar una actividad que marque el final como unos estiramientos, dar un paseo o escuchar música mientras volvemos a casa.

  1. Comprométete contigo mismo

El ejercicio, la alimentación y el sueño son imprescindibles siempre pero aún más en la reincorporación al trabajo y a la rutina. Comprométete contigo mismo para el autocuidado.