Tras el verano, toca poner a punto los edificios para el invierno

Muchos edificios vacacionales se quedan vacíos tras el verano. Es el momento de revisar posibles desperfectos, hacer el mantenimiento , reparar sus elementos y su estructura para el invierno.

 

Aunque aún queda días para disfrutar del buen tiempo y del ocio propio de la época estival, es cierto que entrado septiembre muchos edificios vacacionales se van quedando vacíos tras haber sido ocupado por propietarios e inquilinos para pasar sus vacaciones de sol y playa. Una vez pasado éste periodo llega la hora de hacer el mantenimiento de los edificios, tan necesario como el que realizamos periódicamente a nuestros vehículos para garantizar su correcto funcionamiento.
Este mantenimiento, según expertos del Colegio de Administradores de Fincas (Coafa), puede ser tanto para corregir defectos y desperfectos que hayan surgidos durante el periodo de utilización, como preventivo que es el que más importancia suele tener en este tipo de edificación.

En definitiva, se trata de pasar lista a todos aquellos elementos que compone el edificio y que requieren ser revisados periódicamente para garantizar el correcto funcionamiento del mismo durante su etapa de máxima ocupación. Es necesario revisar elementos como sumideros, juntas de dilatación, maquinaria, bombas, depósitos, piscinas y una larga lista de elementos del edificio que hacen que, aunque su presencia no sea percibida por los usuarios en algunos casos, los edificios garanticen la habitabilidad necesaria. El simple deterioro de extintores o el deterioro de garras de sujeción de conducciones puede dar lugar a situaciones peligrosas para el edificio y sus ocupantes, por lo que incluso la revisión de éste tipo de elementos debe ser tenida en cuenta.

Piscina lista para el invierno
Respecto a las piscinas, terminada la temporada de baños, toca prepararla para soportar los rigores invernales, de modo que cuando llegue de nuevo el verano esté en óptimas condiciones de uso. Para el cuidado de la piscina durante el invierno hay dos opciones: vaciarla o mantenerla con agua. En este último caso, hay que encargarse de que el agua esté limpia y en buenas condiciones. Además, hay que revisar y limpiar los filtros, el fondo y las paredes del vaso, los skimmer y los demás elementos, como escaleras, trampolín, etcétera.

El vaciado de la piscina es imprescindible para limpiar y desinfectar el vaso de la misma en profundidad. Esta opción tiene también la ventaja de poder detectar posibles grietas o roturas. No obstante, supone un gasto y trabajo extra al volver a llenarla cuando llegue de nuevo el buen tiempo.

Si se mantiene llena el nivel del agua se debe mantener por debajo de los skimmers. Lo más recomendable es rebajar el agua a dos tercios de su volumen habitual.

Revisión de la estructura
Además de las revisiones de los elementos anteriormente señalados, tras el periodo vacacional puede ser el momento apropiado para revisar el estado de la estructura del edificio. La proximidad al mar provoca patologías y muchos elementos estructurales se ven afectados y presentan lesiones.

Las más habituales son las derivadas de las oxidación de armaduras de refuerzo del hormigón, una situación que debe ser reparada lo antes posible antes de que se convierta en algo más grave y más difícil  y costoso de solucionar.

Hay que tener en cuenta, según explica el Colegio de Administradores de Fincas (Coafa), que si se tienen que realizar obras de rehabilitación es conveniente tratar el tema con el profesional administrador de fincas Colegiado para que la comunidad pueda asesorarse a su vez con el consejo de un técnico profesional (arquitecto o aparejador) antes de afrontar el proceso. Dichas obras deberán resolverse en la temporada de mínima ocupación, antes de que llegue el próximo periodo vacacional.

Todo sea para que al verano siguiente podamos seguir disfrutando de los servicios que este tipo de edificios nos proporcionan durante nuestras vacaciones.