¿Por qué colegiarse? Administradores de tres generaciones dan sus motivos: formación, seguridad para los clientes y mucho, mucho apoyo

Antonio tiene 68 años y, aunque ahora está jubilado, ha sido administrador de fincas durante medio siglo. Eva quiso continuar el negocio de su padre y con más de 30 años se sacó el título oficial del Colegio de Administradores mientras trabajaba y lleva ya uno como colegiada. Sara también trabaja con su padre, con 25 años está encantada con su trabajo y con formar parte del Colegio de Administradores de Fincas de Valencia y Castellón.

Son Antonio Ortuño, Eva Sifre y Sara Navarro, tres administradores de  fincas colegiados de tres generaciones diferentes que, sin embargo, coinciden en su pasión por el trabajo y en su convencimiento de que la colegiación es la mejor manera de conseguir una profesión más digna, más útil y con más seguridad para los clientes.

El seguro de responsabilidad civil que ampara a los administradores colegiados es uno de los puntos clave en la argumentación de los tres pero también otros beneficios que, en su opinión, tiene pertenecer al Colegio de Administradores de Fincas de Valencia y Castellón. Antonio destaca la gran oferta formativa que permite a los administradores mantenerse siempre al día de las nuevas normativas y recursos disponibles para ejercer mejor su profesión.

En eso coincide con Sara, la formación constante es una de las razones por las que recomienda a todos los administradores a colegiarse pero, hay algo más: la seguridad que da al cliente saber que trabaja con un administrado que tiene detrás a todo un colegio profesional. “Sinceramente, eso a los clientes les da muchísima seguridad y más cuando tratan con una administradora tan joven como es mi caso”, reconoce.

Para Eva, que en su primer año de colegiación ya se ha sumado a alguna comisión de trabajo, tanto la seguridad como la formación son importantes, pero destaca algo más y en lo que no había caído hasta que ha estado dentro del Colegio: el compañerismo. “Este trabajo a veces es muy solitario, estás tú sola en el despacho con tus clientes y cuando tienes alguna duda, algún problema, no tienes compañeros con los que hablar. Sin embargo, cuando estás en el colegio te encuentras con administradores de todas las edades, grados de experiencia y lugares que te ayudan y te aportan siempre. Eso es lo que más me ha gustado de participar en las actividades del Colegio”.

Los tres coinciden también en la pasión que sienten por la profesión de la administración de fincas aunque, a día de hoy, reconocen “aún no es muy conocida y la gente no tiene muy claro qué es lo que hace un administrador”. ¿Qué es lo que más les gusta de su trabajo? A Eva, por ejemplo, la combinación de dos disciplinas que le entusiasman: la contable y la jurídica, además del trato continuo con la gente. Esa posibilidad de trabajar ayudando a las personas también encandiló a Antonio y, además, desde muy joven pues arrancó con 17 años, “antes de irse a la mili”.

Además, señala, «es una profesión que te puede dar mucha libertad y, si trabajas bien y con cabeza, desahogo y estabilidad económica». Pero para ello, advierte, “los administradores tienen que hacer valer su trabajo y no poner tarifas irrisorias para conseguir más clientes porque, además, luego corren el riesgo de no atenderlos bien. Es mejor tener menos clientes que paguen unos honorarios justos y estén encantados con su administrador que muchos que paguen poco y a los que ni siquiera se les pueda atender correctamente”.

Sara decidió sacarse el título oficial después de trabajar junto a su padre en la época de pandemia y descubrir a qué se dedicaban realmente los administradores: “Me gustó el trabajo y decidí sacarme el título y continuar trabajando con mi padre. Es una profesión que tiene muchas salidas pero aún es muy desconocida y, por ello, se está envejeciendo rápidamente”.

Por ello, anima a los jóvenes graduados a que descubran esta salida profesional que además del trato directo con la gente es muy dinámica y variada, pues permite encargarse de muchas gestiones diferentes a las que se pueden aplicar soluciones creativas y desarrollos tecnológicos innovadores.

¿Recomiendan la profesión? Sin duda. ¿Aconsejan colegiarse? Por supuesto. Tres generaciones diferentes y totalmente de acuerdo en lo esencial.